MITOS EN LA ODONTOLOGÍA

Explicamos por qué son falsas varias ideas que se tienen sobre los dientes y sus cuidados.

Son muchos los mitos dentales y remedios caseros que llegan a nuestros oídos ya sea porque nos lo cuentan amigos y familiares, o nos llegan a través de internet. Algunos de ellos bastante arraigados en la sociedad y no por ello quiere decir que sean ciertos. Varios de ellos incluso pueden causar problemas en nuestra salud bucodental. Os exponemos los 10 mitos dentales más extendidos y os explicamos por qué son falsos:

1.- Empecemos por nuestro mito favorito y quizás el más extendido. El embarazo ocasiona pérdida de dientes en la madre por falta de calcio. FALSO. El bebé obtiene el calcio de la dieta materna y de sus huesos pero nunca de sus dientes. Cierto es que durante el embarazo existe una alteración hormonal que produce cambios en las encías, apareciendo un mayor riesgo de gingivitis y caries en las madres gestantes. Pero manteniendo una correcta higiene no tiene por qué haber ningún problema y menos aún perder piezas dentales. Por eso, desde Monreal&Román aconsejamos a las mujeres embarazadas que extremen su higiene bucodental y acudan a una revisión con el dentista. Os animamos además a que leáis nuestra anterior noticia sobre «el embarazo y la salud bucodental».

2.- Durante el embarazo SÍ se pueden realizar tratamientos dentales. Pese a lo que piensen muchas madres y padres, si una mujer embarazada tiene algún problema dental, puede tratarlo, no esperar a dar a luz y que haya empeorado. Disponemos de anestesia específica y apta para mujeres gestantes. Hablando de trimestres de embarazo, siempre y cuando no se trate de una urgencia dental (dolor, traumatismo, etc); el segundo es el más idóneo para realizar tratamientos rutinarios, ya que en el tercero la paciente se encuentra más pesada e incómoda.

3.- «Los dientes de leche no necesitan empastarse, porque como se van a caer»… ¡FALSO! La dentición temporal comúnmente llamada dientes de leche ha de tratarse del mismo modo que la dentición definitiva o adulta, es decir, si tienen caries hay que empastarlos, si duelen hay que hacer tratamiento del nervio o pulpa, etc. Además si perdemos los dientes de leche prematuramente por no haberlos tratado a tiempo, tendremos más probabilidad de apiñamiento dentario en la dentición definitiva. Los dientes de leche a parte d su función masticatoria, mantienen el espacio para los que tienen q venir. También una infección en un diente de leche puede afectar al germen del diente definitivo que se encuentra inmediatamente por debajo. Por todo esto y muchos otros motivos, para que quede claro… ¡Los dientes de leche también hay que tratarlos!

4.- La limpieza dental NO desgasta el esmalte. Con nuestros aparatos eliminamos la placa bacteriana y el sarro que se acumulan en los dientes. Cierto es que en algunas ocasiones, después de la limpieza, las encías y los dientes pueden tener mayor sensibilidad. Sensibilidad que remite pasados unos días, pero en ningún caso se desgasta el esmalte.

5.- Un cepillo duro cepilla mejor… FALSO. Una pasta dentífrica cuanta más espuma haga es más eficaz… también es FALSO. Un cepillo duro así como una técnica de cepillado brusca puede provocar a la larga desgaste del esmalte y retracción en las encías, quedando expuesta la raíz dental y los problemas que ello acarrea (sensibilidad dentaria, mayor predisposición a caries, etc). Afirmamos también que la efectividad de un dentífrico no reside en el agente espumante, si no en los componentes que se incorporan en dicha pasta.

6.- El mito de «masticar chicle sustituye el cepillado» es completamente FALSO. ¡Cuanto daño ha hecho la publicidad! Aunque masticar chicle genera más saliva y mejora el ph de la boca, en ningún caso es sustituto del cepillo de dientes, el hilo dental o del colutorio.

7.- Ahora es el turno del blanqueamiento dental «casero». Por internet podemos encontrar vídeos de remedios caseros para blanquear los dientes, como por ejemplo con bicarbonato, agua oxigenada, carbón negro… Debemos tener muchísimo cuidado pues la mayoría de estos remedios son muy abrasivos y ocasionan daño en el esmalte haciéndolo más poroso e incluso desgastándolo. Los blanqueamientos dentales SIEMPRE deben realizarse bajo la supervisión de un dentista. Desde monreal&román os aconsejamos evitar dichos remedios caseros, así como las promesas de las clínicas estéticas que también publicitan «blanqueamientos estéticos».

8.- ¿Qué hacer con las muelas del juicio? Hay personas a las que ni siquiera se le forman dichos molares, pero para el resto a los que sí se le forman, la creencia más extendida es que siempre hay que extraerlas cuando salen. Esto es completamente FALSO. Sólo deben extraerse cuando su posición y desarrollo causen infecciones o problemas al resto de dientes.

9.- «Si no me duele nada es que todo va bien» … ERRÓNEO. Una caries no tiene por qué doler, cuando ya duele es porque ya ha llegado al nervio del interior y por tanto el tratamiento no será únicamente un empaste, si no que previamente habrá que hacer una endodoncia (lo que comúnmente llaman quitar o matar el nervio). Por eso siempre insistimos de la importancia de las revisiones anuales, revisiones rutinarias para asegurarse que realmente va todo bien, que no haya caries pequeñas (y por tanto indoloras) ni ninguna otra patología. Y recordad siempre, los problemas pequeños tienen mejores y más rápidas soluciones.

10.- Los implantes NO son para toda la vida. Nada es para siempre, ojalá lo fueran. Como todo, la falta de higiene bucodental, la acumulación de bacterias, los malos hábitos, así como la propia fisiología del paciente; afectan mucho a su duración. Por lo tanto, si somos pacientes portadores de implantes, debemos tener una higiene exquisita, evitar hábitos como fumar y acudir a nuestras revisiones periódicas.

Hemos intentado recopilar los 10 mitos que a nuestro parecer son los más extendidos. Y hemos querido explicaros el por qué son falsos. Pero hay muchos más, así que si tenéis alguna cuestión con respecto a estas creencias u otras que os lleguen, acercaos que estaremos encantados de disipar vuestras dudas y miedos.