Un verano más, familias de Plasencia y comarca acogieron a los niños saharauis. Y un verano más, los hemos recibido con los brazos abiertos.
Todo comenzó hace varios años cuando nuestros compañeros Quique y Leyre, con sus respectivas familias, acogieron a un niño y una niña saharauis. Nos propusieron ellos mismos la idea de atender a los pequeños y nos pareció una idea genial. Hablamos con la Asociación y nos pusimos en marcha enseguida. La experiencia de aquel verano fue tan buena, que no podemos dejar de repetirla. Año tras año tratamos a estos niños en nuestra clínica de manera totalmente altruista.
Es nuestro granito de arena a la dura realidad que vive el pueblo saharaui. Algunos de estos niños ya nos conocen, los vemos crecer, llevan varios años repitiendo sus vacaciones en Extremadura. Con ellos no hay problemas, conocen el idioma, se acuerdan incluso de nuestros nombres y se portan fenomenal.
Con los nuevos es otra historia, no saben hablar español, para la mayoría es la primera vez que van al dentista, el ruido de nuestros “cacharros” les asusta… hay que ganárselos con paciencia, cariño y un poco de dibujos animados, jejeje; todos tenemos nuestros trucos. Muchas veces nos ayudan los “veteranos” con el idioma, a calmar su ansiedad, que confíen en nosotros. Y cuando rompemos esa barrera de desconfianza y nerviosismo va todo como la seda; son buenos niños, son buenos pacientes.
Agradecer desde aquí a la Asociación Sáhara de Plasencia y comarca su confianza depositada en nosotros; y como no, agradecer a esas familias de acogida que año tras año, con alegría pero también con esfuerzo, reciben a estos niños y niñas, haciéndoles pasar un verano inolvidable. Gracias
Y a vosotr@s, nuestr@s niñ@s saharauis, ¡os esperamos el verano que viene!
